un destino que no termina al llegar
una ciudad sin rencores
la catedral del llorar
Los pesares de la vida
en una mochila de andar
la soledad camina acompañada
mi soledad aprende a respirar
Dolores que sanan el alma
huellas que no se borran jamás
sonrisas que brillan al alba
y sonrisas al descansar
El bordón que todo lo aguanta
unas botas de tiempo atrás
ligero de ropa, pesado el andar
ligero es el tiempo, pesado el recordar
Buen camino en todos los rincones
buen camino de amistad
directos al reencuentro
pensando otra vez en caminar.
Para todos los peregrinos del mundo
Fernando R. Rubio